Hola a tod@s.
Después de este parón de algo mas de dos meses por temas de horarios de trabajo y por cansancio acumulado, hoy traigo una receta de gran tradición en mi familia en estas pasadas fiestas navideñas, el cabrito.
El cabrito, al igual que el cochinillo, son estas carnes que se suelen consumir en ocasiones y en fechas muy especiales, aunque se comercialice durante todo el año, es sobre todo en el mes de diciembre y en las fiestas navideñas cuando se convierten en las estrellas de la mesa.
La calidad de esta carne para mi entender es muy discutida, para mi sin lugar a dudas el mejor es el nacional y para mi gusto los mejores son los de Almeria o Jaén, y siempre mejorando los procedentes de otras partes de la geografía Española, pero también entiendo que a los franceses les gustará más el suyo y a los griegos tres cuartos de lo mismo.
Hay muchas maneras de cocinar el cabrito, lo más común es utilizar las costillas y mitjanas o chuletas hechas a la milanesa, cuello y pecho en platillo y piernas y paletillas asadas al horno.
Mi madre, lo cocinaba de la siguiente manera, las costillas, cuello, y pecho las hacia fritas con ajos y laurel y las piernas y paletillas las hacia guisadas en cazuela, esa era nuestro plato principal en la cena de Noche buena. El día 24 de Diciembre nuestra casa se impregnaba del delicioso aroma de ese guiso que Manuela, mi madre, cocinaba con mucha paciencia y cariño y esperaba gozosa que le dijéramos lo estupendo que este año le había salido.
Yo he querido seguir la tradición familiar y hoy la quiero compartir con todos vosotros. Así que dejemos a un lado los recuerdos y la melancolía y empezamos a preparar la receta.
Ingredientes.
- 2 piernas y 2 paletillas de cabrito, cortadas a mitades (entran mejor en la cazuela)
- 9 dientes de ajo.
- 1 rama de perejil.
- 400 grs de tomate rayado.
- 1 cebolla mediana.
- 75 cl de aceite de oliva.
- 200 cl de vino blanco.
- 250 cl de agua ( mejor que sea mineral, para evitar el sabor a cloro) o hasta cubrir la carne.
- 2 hojas de laurel.
- sal.
- pimienta negra en grano.
- 1/4 de cucharadita de colorante alimentario.
En primer lugar preparamos todos los ingredientes que vamos a necesitar.
Lavamos las piezas de cabrito para eliminar los posibles restos que pudieran traer de la carnicería, las secamos y las reservamos, en el vaso de la batidora ponemos el vino blanco, los ajos y las hojas de la rama de perejil, lo trituramos todo y lo reservamos. Cortamos los tomates, retiramos las semillas y los rayamos, desechamos las pieles y reservamos la pulpa, Retiramos las pieles externas de la cebolla, la rayamos y reservamos también.
En una cazuela de barro ponemos el aceite de oliva y la llevamos a fuego medio ( si tenéis inducción estas cazuelas no sirven y si tenéis gas y no tenéis cazuela de barro no pasa nada una cazuela de perfil bajo con capacidad para los ocho trozos de carne es suficiente) cuando el aceite coja temperatura sellamos las piezas de carne por los dos lados hasta que adquieran un tono tostado y a continuación incorporamos todos los ingredientes restantes, los ajos triturados con el vino, la cebolla rayada, el tomate rayado, las hojas de laurel, la pimienta en grano, el agua, la sal y el colorante alimentario, los mezclamos y distribuimos bien por la cazuela, cuando vuelva a hervir tapamos y bajamos el fuego. De vez en cuando iremos controlando el guiso dando vuelta a las piezas de cabrito y moviendo con una espátula de madera para evitar que se nos agarre en el fondo y se nos queme el aliño. Esta operación la haremos durante aproximadamente una hora y media,el guiso estará hecho cuando veamos que la carne se quiere desprender de el hueso y en la cazuela nos queda la grasa del propio guiso y las verduras están muy confitadas, si viéramos que nos quedamos sin liquido y a la carne todavía le falta, le añadimos poco mas de agua que ahora será caliente para evitar que la carne de encalle.
Una vez finalizado apagamos el fuego y lo mantenemos tapado hasta la hora de consumir.
Bueno pues esta es nuestra tradicional cena de Noche buena familiar o de algunas celebraciones especiales, quizás penséis que no es para tanto, pero creedme, una Navidad sin este manjar no es lo mismo.
Espero que os guste y os animéis, es una receta muy sencilla a la hora de elaborarla, la única complejidad que hay es que tenemos que estar muy pendientes de que no se nos agarre en la cazuela de barro, si es que vais a utilizar una de estas y si no, pues como en otra receta normal, aunque la cocina requiere su tiempo, eso no hay que olvidarlo.
Como guarnición podéis acompañar con unos chips de moniato o unas patatas panaderas hechas en aceite de ajo y romero.
Sin mas por ahora, nos vemos en la próxima que será muy pronto. Hasta entonces, amig@s.
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