miércoles, 6 de marzo de 2019

tarta selva negra







     Hola, bienvenid@s de nuevo a mi blog.


     Hoy os traigo una delicia de postre, se trata de la tarta Selva negra. Es una tarta típica de la región de Baden, en Alemania y es uno de los dulces mas preciados de la cocina de dicho país.


     Se trata de una tarta formada por un bizcocho de chocolate cortado en laminas, bañadas en un almíbar de kirsch, intercaladas con nata y mermelada de cerezas y recubierta con crema chantilly, virutas de chocolate y cerezas, su nombre en alemán es Schwarzwälder Kirschtorte    y significa “torta de cerezas de la Selva negra ". 




     Os tengo que decir que ha sido la tarta que me he hecho a mi mismo por mi cumpleaños. He hecho alguna pequeña modificación, por ejemplo, en lugar de un bizcochuelo o genoise de chocolate, he optado por un bizcocho PURO CHOCOLATE, obra del maestro pastelero OSVALDO GROS.  Este bizcocho es  un autentico placer para los sentidos y lleva como elemento sorpresa un ingrediente que os va a dejar con la boca abierta, como me paso a mi.


     Si os parece descubrimos cual es esa sorpresa anotando los ingredientes necesarios  y nos vamos a la cocina a trabajar. ¡¡¡¡Vamos!!!



     Ingredientes

     Para el bizcocho


  • 250 grs de harina normal
  • 60 grs de cacao en polvo "no puede ser chocolate en polvo ni nada parecido ha de ser CACAO
  • 5 grs de bicarbonato
  • 5 grs de polvo de hornear o polvo leudante
  • 1 pizca de sal
  • 2 huevos L
  • 250 grs de azúcar
  • 180 grs de mayonesa, si, mayonesa, de la que se compra, eso si , sin ajo.
  • 150 grs de agua
  • 1 copa de  kirsch

     Para el almíbar


  • 150 ml de agua
  • 150 grs de azúcar
  • 50 ml de kirsch

     Para el relleno y cobertura


  • 700 ml de nata para montar
  • 100 grs de azúcar glasé
  • 250 grs de confitura de cereza
  • 50 ml de agua
  • 50 ml de kirsch
  • virutas o fideos de chocolate para decorar
  • cerezas en almíbar 


     Elaboración


     En el bol del robot de cocina o con las varillas eléctricas batimos los huevos hasta que estén espumosos, a continuación añadimos el elemento sorpresa que no es ni mas ni menos que la mayonesa, esa es la materia grasa que lleva este fabuloso bizcocho de chocolate, ya que su composición es huevo, aceite y limón, no tengáis miedo por que  el sabor final os sorprenderá, cuando se haya integrado incorporaremos la harina junto al cacao en polvo, el bicarbonato, que hará que nuestro bizcocho tome un color mucho mas oscuro y la levadura, todo ello tamizado e incorporado al batido en dos veces. Por ultimo incorporamos el agua con el kirsch, el agua hará que el bizcocho salga mas húmedo. 

     Cuando estén todos los ingredientes homogeneizados dejamos de batir y repartiremos la masa en tres moldes de 20 centímetros de diámetro que tendremos enmantecados y con papel vegetal en la base y hornearemos a 180 Cº durante 18 minutos o hasta que al pinchar con un palillo de brocheta este salga limpio. Finalizada la cocción dejaremos enfriar cinco minutos dentro de los moldes y después de este tiempo desmoldaremos y los pondremos sobre una rejilla hasta que estén totalmente fríos. 


      Preparación del relleno


     En un cazo echaremos el agua junto con el azúcar y lo pondremos a hervir durante 5 minutos, pasado este tiempo retiramos del fuego e incorporamos el kirsch y dejamos enfriar el almíbar.
     Nuevamente en el bol del robot de cocina, limpio y seco o con las varillas eléctricas pondremos a batir la nata para montar que tiene que estar muy fría,( recordad que debe ser  igual o superior al 35 % de materia grasa) a velocidad media-alta, cuando empiecen a marcar la varillas incorporamos el azúcar glasé tamizado y continuaremos batiendo hasta que las varillas marquen bien los surcos (OJO NO NOS PASEMOS DE BATIDO O TENDREMOS MANTEQUILLA EN LUGAR DE NATA), paramos y reservamos en la nevera hasta que lo vayamos a utilizar.


     En un cazo ponemos la confitura de cereza,( yo he utilizado una confitura de cereza negra del supermercado Lidl con un 75 % de fruta y me ha parecido de excelente calidad ) junto con el agua y el kirsch y llevaremos a hervor hasta que la confitura se aclare y el alcohol del licor se evapore, después apagamos el fuego y dejamos enfriar.


     Montaje de la tarta.


     En primer lugar igualaremos las superficies de los tres bizcochos con un cuchillo largo de sierra, nos quedaran unos discos de aproximadamente 1 cm o 1,1/5 cm de grosor, cogeremos ,un primer disco de bizcocho y lo pondremos en la bandeja donde lo vayamos a presentar con un disco de cartón en la parte inferior quedando la parte que hemos igualado hacia arriba y con un pincel lo humedeceremos con el almíbar que tenemos reservado, a continuación extenderemos una capa delgada y uniforme de confitura de cerezas, sobre esta extenderemos una capa de nata montada y decoraremos los bordes con rosetones medianos por todo el alrededor. Tomamos un segundo disco y haremos la misma operación que con el primero, pero en este caso lo almibaremos por la parte que no hemos cortado, lo colocaremos encima del primero presionando un poco y repetiremos la misma operación que con el primero y con el tercero haremos exactamente igual que con los anteriores y la capa sin cortar nos debe de quedar mirando hacia arriba, cubrimos con confitura y decoramos toda la superficie con rosetones y para finalizar decoramos con algunas cerezas en almíbar y con unas virutas o fideos de chocolate.







     Y este es el resultado, que os parece, os puedo asegurar que está mejor de sabor que de visión, además que os voy a contar yo que soy un goloso empedernido, en esto he salido a mi padre, pero que le vamos a hacer dicen que dichoso quien a los suyos se parece, no creéis.





     Bueno amig@s espero que os guste y que disfrutéis con ella, siempre hay una buena razón para quererse un poquito y darnos algún capricho, por que problemas la vida nos tiene bien surtidos. Por cierto si van a comer niños no pongáis licor, podéis cambiar el kirsch por alguno de cereza sin alcohol.

   Hasta la próxima que será muy pronto y no olvidéis de dejarme algún comentario y si  os gusta marcarlo .

     Saludos.



martes, 5 de marzo de 2019

Cabrito guisado


 





     Hola a tod@s.
 

     Después de este parón de algo mas de dos meses por temas de horarios de trabajo y por cansancio acumulado, hoy traigo una receta de gran tradición en mi familia en estas pasadas fiestas navideñas, el cabrito.
     El cabrito, al igual que el cochinillo, son estas carnes que se suelen consumir en ocasiones y en fechas muy especiales, aunque se comercialice durante todo el año, es sobre todo en el mes de diciembre y en las fiestas navideñas cuando se convierten en las estrellas de la mesa.
     La calidad de esta carne para mi entender es muy discutida, para mi sin lugar a dudas el mejor es el nacional y para mi gusto los mejores son los de Almeria o Jaén, y siempre mejorando los procedentes de otras partes de la geografía Española, pero también entiendo  que a los franceses les gustará más el suyo y a los griegos tres cuartos de lo mismo.

     Hay muchas maneras de cocinar el cabrito, lo más común es utilizar las costillas y mitjanas o chuletas hechas a la milanesa, cuello y pecho en platillo y piernas y paletillas asadas al horno.

     Mi madre, lo cocinaba de la siguiente manera, las costillas, cuello, y pecho las hacia fritas con ajos y laurel y las piernas y paletillas las hacia guisadas en cazuela, esa era nuestro plato principal en la cena de Noche buena. El día 24 de Diciembre nuestra casa se impregnaba del delicioso aroma de ese guiso que Manuela, mi madre, cocinaba con mucha paciencia y cariño y esperaba gozosa  que le dijéramos lo estupendo que este año le había salido.

     Yo he querido seguir la tradición familiar y hoy la quiero compartir con todos vosotros. Así que dejemos a un lado los recuerdos y la melancolía y empezamos a preparar la receta.




     Ingredientes.


  • 2 piernas y 2 paletillas de cabrito, cortadas a mitades (entran mejor en la cazuela)
  • 9 dientes de ajo.
  • 1 rama de perejil.
  • 400 grs de tomate rayado.
  • 1 cebolla mediana.
  • 75 cl de aceite de oliva.
  • 200 cl de vino blanco.
  • 250 cl de agua ( mejor que sea mineral, para evitar el sabor a cloro) o hasta cubrir la carne.
  • 2 hojas de laurel.
  • sal.
  • pimienta negra en grano.
  • 1/4 de cucharadita de colorante alimentario.



     En primer lugar preparamos todos los ingredientes que vamos a necesitar.
Lavamos las piezas de cabrito para eliminar los posibles restos que pudieran traer de la carnicería, las secamos y las reservamos, en el vaso de la batidora ponemos el vino blanco, los ajos y las hojas de la rama de perejil, lo trituramos todo y lo reservamos. Cortamos los tomates, retiramos las semillas y los rayamos, desechamos las pieles y reservamos la pulpa, Retiramos las pieles externas de la cebolla, la rayamos y reservamos también.



     En una cazuela de barro ponemos el aceite de oliva y la llevamos a fuego medio ( si tenéis inducción estas cazuelas no sirven y si tenéis gas y no tenéis cazuela de barro no pasa nada una cazuela de perfil bajo con capacidad para los ocho trozos de carne es suficiente) cuando el aceite coja temperatura sellamos las piezas de carne por los dos lados hasta que adquieran un tono tostado y a continuación incorporamos todos los ingredientes restantes, los ajos triturados con el vino, la cebolla rayada, el tomate rayado, las hojas de laurel, la pimienta en grano, el agua, la sal y el colorante alimentario, los mezclamos y distribuimos bien por la cazuela, cuando vuelva a hervir tapamos y bajamos el fuego. De vez en cuando iremos controlando el guiso dando vuelta a las piezas de cabrito y moviendo con una espátula de madera para evitar que se nos agarre en el fondo y se nos queme el aliño. Esta operación la haremos durante aproximadamente una hora y media,el guiso estará hecho cuando veamos que la carne se quiere desprender de el hueso y en la cazuela nos queda la grasa del propio guiso y las verduras están muy confitadas, si viéramos que nos quedamos sin liquido y a la carne todavía le falta, le añadimos poco mas de agua que ahora será caliente para evitar que la carne de encalle.



     Una vez finalizado apagamos el fuego y lo mantenemos tapado hasta la hora de consumir.


     







     Bueno pues esta es nuestra tradicional cena de Noche buena familiar o de algunas celebraciones especiales, quizás penséis que no es para tanto, pero creedme, una Navidad sin este manjar no es lo  mismo.



    Espero que os guste y os animéis, es una receta muy sencilla a la hora de elaborarla, la única complejidad que hay  es que tenemos que estar muy pendientes de que no se nos agarre en la cazuela de barro, si es que vais a utilizar una de estas y si no, pues como en otra receta normal, aunque la cocina requiere su tiempo, eso no hay que olvidarlo. 
     Como guarnición podéis acompañar con unos chips de moniato o unas patatas panaderas hechas en aceite de  ajo y romero.


     Sin mas por ahora, nos vemos en la próxima que será muy pronto. Hasta entonces, amig@s.

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